¿Qué es la Esclerosis Múltiple?
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune crónica del sistema nervioso central (SNC), caracterizada por una respuesta inflamatoria mediada principalmente por linfocitos T y B, así como por la activación de la microglía y macrófagos. Este proceso inflamatorio induce desmielinización focal y difusa, pérdida axonal y neurodegeneración progresiva. La desmielinización aguda produce bloqueos de conducción nerviosa, mientras que la remielinización parcial, cuando ocurre, puede restablecer la conducción aunque de forma menos eficiente que la conducción saltatoria normal.1
La remielinización espontánea en la EM es generalmente insuficiente en lesiones crónicas, a pesar de la presencia de axones preservados y células precursoras de oligodendrocitos. La persistencia de axones desmielinizados conduce a disfunción mitocondrial, pérdida del soporte trófico axonal y daño citosquelético, lo que contribuye a la degeneración axonal crónica, principal sustrato de la discapacidad irreversible.1
La progresión de la EM está determinada por la combinación de inflamación, desmielinización persistente y mecanismos neurodegenerativos intrínsecos del SNC. Por ello, uno de los principales desafíos terapéuticos es el desarrollo de estrategias que promuevan la neuroprotección y la remielinización efectiva, especialmente en las formas progresivas de la enfermedad, donde la inflamación periférica es menos relevante y predomina un daño compartmentalizado dentro del SNC.1